La Cueva de Ali Baba | SoyDe (soy-de.com)
ARTICULO DE OPINION PUBLICADO EN LA REVISTA SOY-DE.COM CORRESPONDIENTE A ABRIL DE 2021.
Vaya “tejemaneje” que nos traemos últimamente con los dichosos bancos.
Ya que al margen, de cobrarnos comisión por el uso de tarjetas y por el número de recibos domiciliados o por el movimiento de la cuenta, más las imposiciones de pólizas de seguros y otros dislates a los que te obligan, si acudes a pedirles cantidad alguna, ahora nos cobran hasta por el mantenimiento, de los servicios que tenemos contratados y por supuesto, por el gasto ocasionado en la gestión de nuestro propio dinero con el que ellos juegan al monopoly, pero no el de juguete.
Sino aquel, que reporta dividendos reales y no ficticios en un rápido periquete o en menos que canta un gallo.
Ya sabéis, queridos lectores, si sois ciudadanos pudientes y nadáis en posibles, aún estaréis de suerte y algún apoderado o director con un mínimo de poder en estos menesteres, escuchará tus objeciones y con la facultad y potestad que ostenta el sillón sobre el que se asienta el cargo, te hará sentir que como cliente preferente, tienes derecho a que el servicio te salga casi del todo regalado.
Claro que a la mínima que te descuides, te la meterán de cabo a rabo y te cobrarán los intereses por otro lado.
Pero hay de ti, si la vida te llevó por derroteros en los cuales necesites a la entidad bancaria, para tu buen vivir y saneada economía (que dicho sea de paso es lo común en el noventa por ciento de los mortales), pues andando a real y media manta les das oportunidad de abrir de manera descomunal las fauces y tragar tus emolumentos y deudas, como el que se come un kilo de bombones de una tacada.
Y para mas inri y escarnio veras como mes a mes te quitan de tu miserable activo, una cifra que aunque no es suculenta a nivel particular, si la multiplicamos por los cientos de miles de cuentas de las que disponen y en las que meten sus manos, nos sorprenderíamos con el montante de millones de euros que se embolsan, como el que no quiere la cosa año tras año.
Y si por una casualidad le ven las orejas al lobo, presionan al gobierno de turno y este se les aviene a razones con un suculento rescate como el de antaño.
Ni mas ni menos que cien mil millones de euros que se embolsaron, que entre otras cosas sirvieron a las entidades rescatadas, para al grito de “esta es la nuestra”, ofrecer jubilaciones anticipadas a tutiplé, deshaciéndose de la carga insoportable de empleados en desuso y devengar cláusulas exorbitantes, en contratos blindados de directivos de jerarquía elevada, en la pirámide de mando..
Que ya quisiéramos el resto de los mortales ser beneficiarios, aunque fuera en forma de migajas, del dos por cierto de lo ofertado pues ya se sabe que tacita a tacita se es capaz de reunir y disfrutar hasta el tesoro más preciado.
Ábrete sésamo que dice el cuento de Alí Babá, personaje de los parajes de las teierra s de las Mil y una Noches, donde queda bien claro que la moraleja es que la ambición tiene consecuencias muy negativas para terceros, pero lo que no nos dice la fabula( o al menos yo así lo entiendo), es que según nuestro refranero, el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón.
De tal manera, que estos jerifaltes del poder, que de un plumazo y a traición, privan descaradamente a la plebe del futuro ansiado, deberán andarse con ojo avizor, pues el exprimido ciudadano, tan sólo aguanta, hasta que la miseria y el caos, lo maniatan y envuelven.
Después, ya se trata de sobrevivir con el consabido lema de:
“A quien hierro injusto mata de hambre, a hierro por derecho adolece sangre”.
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